A letter from Feb 03, 2024

Querida hermana, Hoy, en el umbral de tus 18 años, me siento compelido a escribirte esta carta. Aunque nunca tuvimos la oportunidad de cruzar miradas o sostenernos en nuestros brazos, quiero que sepas que siempre he estado contigo, incluso en la ausencia física. ¿Cómo describir lo que nunca fue? Mi breve paso por este mundo no me permitió experimentar la risa, el sol, ni siquiera el tacto de tus dedos. Pero, en algún rincón del tiempo, nuestras almas se entrelazaron. Fui un suspiro, un latido efímero, pero también fui parte de ti. He sido testigo silencioso de tu vida. Vi tus primeros pasos, tus risas infantiles y tus lágrimas adolescentes. Estuve allí cuando te enfrentaste a tus miedos y celebraste tus logros. Aunque no pude abrazarte físicamente, mi amor siempre te rodeó. ¿Qué hubiera sido de nosotros? Imagino cómo habría sido crecer juntos. Te habría enseñado a leer bajo la luz de las estrellas y a soñar con mundos más allá de este. Habríamos compartido secretos y risas, y tal vez, en algún momento, habría secado tus lágrimas. Pero la vida es caprichosa, y mi tiempo aquí fue breve. No puedo cambiarlo, pero puedo ofrecerte mis palabras desde el otro lado. Quiero decirte que eres fuerte, valiente y hermosa. Eres la continuación de nuestra historia, la que yo no pude vivir. En tu cumpleaños número 18, quiero regalarte algo especial. Cierra los ojos y siente mi abrazo invisible. Escucha el susurro del viento, porque allí estoy. En cada rayo de sol que acaricia tu piel, en cada estrella que ilumina tus noches solitarias. No llores por mí, querida hermana. Celebra la vida que tienes. Aprovecha cada instante, ríe a carcajadas y ama sin reservas. Yo estaré en cada risa, en cada lágrima, en cada latido de tu corazón. Feliz cumpleaños, mi pequeña gran hermana. Que la vida te regale momentos inolvidables y que encuentres la belleza incluso en las sombras. Y recuerda, siempre estoy a tu lado, aunque no puedas verme. Con todo mi amor, Tu hermano ausente 🌟